miércoles, 5 de noviembre de 2014

En nombre de la guerra

¡Feliz 5 de Noviembre!

Como él, sus compañeros y algún que otro amigo, habían sido destinados al crucero de guerra Silverpoint. Se consideraban, hasta el momento, afortunados, pues se trataba de la nave de Stahl, una figura importante e influyente en el Consejo. Sumido en la contemplación de su árido, peligroso y querido planeta, fue sacada a la fuerza de estos por la alarma creciente y estridente que retumbaba en toda la nave. Había intrusos, casi seguramente, ISA.

Sucedió todo demasiado deprisa. Demasiado. Pasaron como una exhalación a su lado y tuvo que cubrirse entre los tiros de uno y de otros, vigilando de no herir a sus compañeros. Sin saber exactamente, cómo, aquellos dos cogieron naves pequeñas para atacar al crucero hermano del Silverpoint. Todos contraatacaban y, pesar de que recibió fieras órdenes por la radio de presentarse en el hangar para salir al espacio, sus pies no se movían de su lugar; estaba paralizado.

En unos pocos segundo, Stonewar ardía por los cuatro costados y, el piloto, en un intento por salvar a sus ocupantes, trató de aterrizar. Empero, allí estaban los ISA y, despiadadamente, lanzaron una bomba nuclear contra el herido crucero. Se estrelló contra aquella fuente de energía desconocida, que explotó y se liberó como si estuviera viva; cual plaga hambrienta, se fue extendiendo por todo el planeta, aniquilando toda la vida que pudiese haber en Helghan. El soldado se acercó más a la ventana, atónito.

Tantos muertos... Tanta gente inocente... asesinada...

Fue entonces cuando el soldado se atrevió a cuestionarse el por qué de la guerra. ¿Por sus ideales? ¿Por su familia? ¿Para llevarles algo de comer a sus hijos, tan huesudos y delicados?... ¿O para llenar las arcas y tener más territorio a los pies del autócrata?

¿Ideales? ¿Comida?

¿O dinero y avaricia?
Stahl, quien proporciona armas y soldados a Helghan

1 comentario:

Mir dijo...

Las guerras nunca tienen ganador por eso.

Interesante entrada, Ikana :)