Termina la navidad, termina el año nuevo y con ello llegan los Reyes Magos. El espíritu navideño se disipa pero en muchos hogares todavía continúa.
Se oye un villancico de fondo sonar, decoraciones navideñas y un belén ornan la casa, una familia se reúne al rededor de un fuego a abrir, con amplias sonrisas, sus regalos que les ha traído la navidad junto a sus seres queridos.
En el centro del comedor hay una mesa llena de comida, pavo, gambas, embutidos, ensalada... incluso se pueden contar 8 platos. Uno para cada miembro de esta exclusiva fiesta.
En algún lugar de las afueras se encuentra el mismo espíritu navideño.
No tienen villancicos, no tienen decoraciones navideñas, no tienen belén, no tienen regalos, no hay risas, no hay alegría, no tienen comida, no tienen a nadie con quien compartir este día, excepto su eterna compañera. Soledad.
Aún así sonríen ante la visa te un año terminar y otro empezar, de ver otro nuevo amanecer, de seguir aquí y haber vivido otro año más.
Son los grandes olvidados, pero ellos también tienen derecho a su navidad, una navidad, donde cada nuevo día es un regalo.
¡Felices fiestas y feliz año nuevo!