viernes, 5 de febrero de 2016

Juno - La suegra

Uno

Empezó de nuevo la semana. Un bonito y radiante lunes por la mañana. El despertador, como siempre, fue apagado para no seguir tener oyendo su agónico grito. Juno ya estaba frita de la semana incluso antes de que ella misma se diera cuenta. Vestirse, desayunar, despedirse de Owen, y sacar el libro de la estantería para seguir leyendo plácidamente hasta las dos, hora en la que tenía que irse a trabajar. 

Lo que no sospechaba, aún, era que cuando Owen llegase a casa, le diría la fatídica noticia de que tenían que ir a ver a su madre. Eran principios de mes y ya tocaba. Juno, que había tenido la esperanza de un día tranquilo (el trabajo había sido un asco. Los niños habían ingerido cafeína y estaban incontrolables. Momento de replantearse si realmente quería tener hijos. Sí, aún quería) y al llegar a casa, antes de que se hiciera el momento de hacer la cena, leer un poco más para desconectar del trabajo. Pero Owen llegó a casa, esperó un tiempo prudencial y dijo las palabras mágicas:

-Tenemos que ir este fin de semana a ver a mi madre. Ya sabes. Ha pasado un mes y nos echa de menos. Debemos ir. Además, es su cumpleaños.

Juno respiró hondo antes de contestar pero ni eso le había servido. Sencillamente, explotó.

-¡No pienso volver a casa de tu maldita madre!