miércoles, 28 de noviembre de 2012

El monstruo del túnel

Vio la salida del túnel mientras corría, sintiendo la presencia tras él. Las luces habían empezado a apagarse y la oscuridad reinaba con su sonrisa siniestra, desafiando al resto de lámparas a iluminarla. Las pisadas resonaban en las paredes de aquel gran agujero artificial excavado en la tierra. Hacía frío y su aliento formaba una nubecilla blanca. Llegó al final. Salió del túnel. Continuó corriendo. Más allá del túnel reinaba la noche. Siguió corriendo, temiendo que el monstruo que habitaba en el agujero lo cazara de un momento a otro. Que sus garras apresaran su tierna piel juvenil.

Sí. Todos lo esperaban.

Y, sin embargo, no sucedió. Porque los monstruos no existen. ¿Verdad?


miércoles, 21 de noviembre de 2012

Buscando una nueva vida (3ª parte)

Me encontraba frente al polígono donde me habían dicho que debía acudir.

Un lugar solitario, silencioso y la negra noche acompañaba al ambiente, pero para un trabajo como el que me habían ofrecido, tampoco podía esperar un hotel 5 estrellas.

Llamé a la puerta.

Pude ver como una rendija se abría y aparecían unos ojos. Me miraron de arriba a bajo y desaparecieron para abrir la puerta seguidamente.

Entrando en el lugar pude darme cuenta que era grandioso, tal como parecía desde fuera, aunque el polvo reinaba el lugar y se podía ver como habían arreglado un poco el lugar con algunas salas o habitaciones nuevas, pues era de lo poco que no tenía suciedad. Pero bueno, tampoco me fijé demasiado, ya estaba ahí, fuera lo que fuere ya no podía dar marcha atrás y el dinero me venía genial para poder jubilarme de una vez de esta mierda.

Tras unos segundos me encuentro en uno de esos barracones junto a un hombre un tanto mayor y bien vestido con traje y corbata, como de los que ya no se ven, junto a un pequeño grupo de hombres que visten en un mismo estilo de trajes de Armani.

- Buenas noches señorita- hace una pausa mientras me ofrece la mano- es un placer conocerla

- Buenas noches- le respondo como si nada de todo esto fuera conmigo, devolviéndole el apretón de manos sin demasiado interés- ¿Qué hay que hacer?- pregunté sin dar tiempo a ninguna charlatanería barata. Estaba ya más que acostumbrada, protocolos, como son las cosas, que haremos, conocerse... En fin, formalidades que en este trabajo, muchas veces, sobran.

El hombre de avanzada edad se queda un momento pensativo:

- Veo que no le gusta la charlatanería y quiere ir directa al grano- dice concluyente- Bien, pues sigame- ordena mientras empieza a caminar para salir del habitáculo indicándome que le siga. Entonces, mientras camina me va contando los detalles- El trabajo, como supondrá es sencillo. Entrará en una sala a oscuras donde se encuentra nuestro semental y dejará hacerse por él, después de eso, ya será libre y tendrá su dinero. Pero ante todo, no encienda la luz en ningún momento- insistía el hombre.

Por el camino no hacía más que afirmar. Las condiciones tampoco eran nada extrañas, excepto su insistencia, pero capaz que su fenómeno tuviera miedo a la luz o era una de esas aberraciones humanas y temía que huyera al verle.

Sin darme cuenta, perdida en mis cavilaciones ya nos encontrábamos a la entrada de donde debía ir:

- Es aquí- sentencio indicándome una puerta que daba al final de la nave.

Continuará...

miércoles, 14 de noviembre de 2012

En nombre de la guerra...

Como él, sus compañeros y algún que otro amigo, habían sido destinados al crucero de guerra Silverpoint. Se consideraban, hasta el momento, afortunados, pues se trataba de la nave de Stahl, una figura importante e influyente en el Consejo. Sumido en la contemplación de su árido, peligroso y querido planeta, fue sacada a la fuerza de estos por la alarma creciente y estridente que retumbaba en toda la nave. Había intrusos, casi seguramente, ISA.

Sucedió todo demasiado deprisa. Demasiado. Pasaron como una exhalación a su lado y tuvo que cubrirse entre los tiros de uno y de otros, vigilando de no herir a sus compañeros. Sin saber exactamente, cómo, aquellos dos cogieron naves pequeñas para atacar al crucero hermano del Silverpoint. Todos contraatacaban y, pesar de que recibió fieras órdenes por la radio de presentarse en el hangar para salir al espacio, sus pies no se movían de su lugar; estaba paralizado.

En unos pocos segundo, Stonewar ardía por los cuatro costados y, el piloto, en un intento por salvar a sus ocupantes, trató de aterrizar. Empero, allí estaban los ISA y, despiadadamente, lanzaron una bomba nuclear contra el herido crucero. Se estrelló contra aquella fuente de energía desconocida, que explotó y se liberó como si estuviera viva; cual plaga hambrienta, se fue extendiendo por todo el planeta, aniquilando toda la vida que pudiese haber en Helghan. El soldado se acercó más a la ventana, atónito.

Tantos muertos... Tanta gente inocente... asesinada...

Fue entonces cuando el soldado se atrevió a cuestionarse el por qué de la guerra. ¿Por sus ideales? ¿Por su familia? ¿Para llevarles algo de comer a sus hijos, tan huesudos y delicados?... ¿O para llenar las arcas y tener más territorio a los pies del autócrata?

¿Ideales? ¿Comida?

¿O dinero y avaricia?

Stahl, quien proporciona armas y soldados a Helghan

PD: Relato de 5 de Noviembre, con un poco de retraso.