jueves, 20 de junio de 2013

No quiero...

Aquí, frente al altar y a punto de dar el sí, recuerdo la primera vez que te vi. Tengo grabadas en la mente las prendas que vestías. Esa camisa negra que contrastaba con lo pálido de tu piel, pero resaltaba el color de tu alma, la que me mostraste con tu limpia y bella sonrisa. Los pantalones vaqueros un poco rotos que me hicieron pensar eras algo rebelde, y no es que no lo fueses, eso fue tal vez lo que más me atrajo, sino que además también te faltaba dinero.

Sigues teniendo una posición económica poco privilegiada, pero la riqueza de tus sentimientos, para cualquiera con la capacidad de apreciarlo, bastaría para ser tres veces lo feliz que es. Yo lo noté, y por eso me entregué a ti sin siquiera saber tu nombre. Por eso abrí mis piernas para recibir tu juventud y dejarte entrar a mi vida, para ver si así dejaba de ser una anciana a los veinte. Por eso me enamoré de ti. Por eso supe que de no vivirla contigo, la vida no tendría sentido.

Aquí, frente al altar y a punto de dar el sí, recuerdo esos amaneceres a tu lado y quisiera cortarme las venas y ahogarme en mi sangre, porque ese hombre de quien pronto seré esposa, no tiene ni la décima parte de tu belleza.

5 comentarios:

Frauenwelt dijo...

¡Pero sal corriendo!

Frauenwelt dijo...

¡Pero sal corriendo!

Wilhemina dijo...

Y así es como luego se termina en divorcio u.u

Trinity dijo...

Idiota ;_;

Alien de Andromeda dijo...

Menudos cuernos lleva el novio XDD