lunes, 3 de marzo de 2014

Estrellas muertas

Corría por el pasillo, tal vez huyendo, tal vez persiguiendo a alguien. Corría sin parar, jadeando, sin nada más que su extraña piel azul que la protegiera del frío de la abandonada ciudad. Corría, con un jadeo persistente, buscando o tal vez huyendo.El sonido de su voz se había perdido.

Y algo la seguía por el pasillo. Corriendo tras ella, dejando ya claro como un lago de aguas quietas que estaba huyendo, que aquella cosa la perseguía. ¿Qué era? Tenía demasiadas patas, tenía demasiada curiosidad por saber qué pasaba si la cogía en brazos. En su especie reinaba el mito reverencial de que, si la tocaban, estallarían en un millón de estrellas que corrían al cielo a reunirse con otros tantos de puntos luminosos, algunos ya muertos pero que nos llega el resplandor, el último resplandor de su vida, el último aliento.

La chica que huía patinando y tropezando, terminó de caer al suelo. Y la criatura le dio alcance.

-Por favor... por favor, no me toques.

Demasiado tarde.

¿Quién podría decir qué fue aquel resplandor azulado que se vio a la noche en la torre de la criatura marina, a la que reverenciaban como si fuera un ángel caído? ya llevaba bastante tiempo entre ellos, los tataratararatatarabuelos ya la conocían. Tenía más de mil años. Pero era buena y les daba cosas con una sonrisa triste, les daba felicidad y vida alargada, juventud y prosperidad a cambio de una cosa sencilla. No podían tocarla.

Aquella noche, en concreto, salió una nueva constelación al cielo. La llamaban "El insensato".


5 comentarios:

Ikana dijo...

El insensato, ja, ja, ja, pobre bicho xDD

Wilhemina dijo...

Se me ha puesto la piel de gallina o.o

Alien de Andromeda dijo...

Pobre bichejo xD

Azatoth dijo...

Bonito relato.

Morir para pasar a la eternidad como un conjunto de estrellas... Una constelación.

Puede ser triste, pero a la vez tiene su belleza,

Trinity dijo...

Que existencia más fría...