viernes, 28 de octubre de 2011

¡Doctor!

Viajar con él por el tiempo y el espacio es lo que más me gusta. Sobre todo cuando viajas con el Doctor. Sólo el Doctor. Puedes ver estrellas preciosas, conocer a Churchill o ver el futuro de la Tierra. Pero lo que más me gusta de él son sus hermosos ojos verdes, dos estrellas preciosas, su sonrisa tan encantadora y su pajarita.

No sé que me pasó aquel día, pero fue un día que no olvidaré jamás. Habíamos conseguido salir vivos de lo que iba a ser un viaje a un planeta, donde unos alienígenas llamados Ángeles Llorosos estaban alimentándose de una nave estrellada. El inteligente y sexy del Doctor logró salvarnos de nuevo y fuimos, a petición mía, a mi casa. La Tardis se posó -es una cabina telefónica de policía azul por fuera, pero por dentro es bastante grande. Fascinante, ¿verdad?- en el interior de mi cuarto. Salí con un suspiro y él detrás de mí.
-Ha faltado poco, ¿eh, Amy? -comentó viendo que estaba un poco afectada. Cierto, había faltado poco para que no lo pudiera contar.
Apoyó la espalda en la puerta de la cabina y metió las manos en los bolsillos.
-Sí, muy poco. Pero hemos salido vivos... ¡estamos vivos!
No sé por qué lo hice pero si volviera al pasado lo repetiría. Le besé y él se separó de mí.
-¡Amy!¡Qué mañana te casas!
-Sí, qué mas da.
Volví a intentar besarle mientras bajaba los tirantes que usa para sujetar el pantalón. Él no sabía que hacer, si pararme o continuar. Optó por lo primero.
-¡Amy!
-Calla -le susurré volviendo a besarle.
Ya no quiso resistirse más y por fin me respondió al beso tomandome en sus brazos.


Dulces y sabrosos labios del Doctor. Siempre tan cercano y al mismo tiempo lejano. Solté los tirantes y empecé a desabrocharle la camiseta. Malditos botones.
-Espera, espera -dijo él con un jadeo quitándose la camisa sin desabrocharla y dejándola caer al suelo. Volví a besarle en busca de más meintras se quitaba los zapatos y comenzaba a caminar hacia la cama.

Tenía una piel muy suave y blanquecina. Un pecho ideal y unos ojos preciosos. Me dejé caer boca arriba en la cama mientras me quitaba las botas y se acomodaba entre mis piernas para seguir con sus perfectos y deseados besos. Estaba ardiendo, derritiéndome por dentro mientras su lengua se adentraba en mi boca en busca de la mía. Le acaricié el pelo tan suave y castaño oscuro mientras me afanaba en desabrocharle el pantalón. Me quitó la camiseta, los pantalones cortos y los calcetines.

En ropa interior bajo su escritadora mirada para volver a sus besos, en los labios, en el cuello, en la oreja. No quería que acabara nunca. Arqueé la espalda cuando sus manos se deslizaron por mi piel para después desabrochar el sujetador y arrojarlo a un lado como la prenda molesta que era.

Conseguí desabrochar esos molestos pantalones para después él quitárselos hábilmente. Volvió de nuevo a la postura inicial, notando yo aquel bulto que me iba calentando aún más. Solo una prenda de por medio, una prensa molesta y absurda que no debería estar ahi.

Sus suaves manos me acariciaron el pecho y sus dientes se hundían en mi cuello cual vampiro deseoso de sangre de su vampiresa. Con los pies le bajé los boxers al tiempo que él me quitaba la ropa interior restante. ¡Por fin!

Consiguió penetrarme a la primera a pesar del nerviosismo y gemí al recibirlo. Estar en sus brazos era lo mejor de todo. Sus besos eran deliciosos, perfectos, armoniosos. Me deleitaba al oírlo gemir, besarle en aquellas orejas tan sexys que tiene. Esa nariz respingona tan mona... Sus labios volvieron a buscar los míos. Cuantas veces no había pensado en esto...

Él comenzó a jadear y a mí me daba aquel cosquilleo de un orgasmo que se acercaba.
-Amy... Oh, Amy -susurró mientras iba un poco más acelerado que antes.
-Mmm... Vamos, Doctor... -gemí, intentando aguantar para esperarle.
En vano lo intenté pues estaba tan caliente que me corrí antes que él, quien se abrazó a mí mientras jadeaba al correrse él también, haciéndome sentir la persona más feliz de aquella habitación.

Apoyó la cabeza en mi hombro mientras jadeaba.
-Oh, Amy...
Le besé en la oreja mientras le acariciaba el pelo y restablecía el aliento. Le besé en los labios tan suaves y sexys que tiene, pensando en un segundo polvo. Pero él se quitó de encima mía dejándose caer al lado con un hondo suspiro. Aun jadeaba. Le besé en el cuello mientras le pasaba la mano por el pecho humedecido.
-Oh, Amy...


7 comentarios:

Salamandra dijo...

Le falta vida a este relato... no sé, hay algo que no me termina de cuadrar. Los otros estaban mejores. Esfuérzate más.

Wilhemina dijo...

Oooooooooooooooh *¬* El Doctor Who! Que sorpresa!!! :P Se me ha hecho cortito pero intenso. Te has forzado a escribirlo? O.o Le falta algo de fluidez que le sueles dar a los relatos ^^U Pero esta bien :3

Oooooh Doctor *¬* Is too sexy XDD

Ikana dijo...

Pero tu me lees?! O_____o

jajajja que monaaaaaaaaaaaa Un poco sinceramente ^^U Quiza escriba algo mas fluido con el "too sexy" del doctor como tu dices XDD

Trinity dijo...

Que nos hará el doctor para que perdamos la cabeza por el?! MOther of God 8:| Jadeo cuando se quita la camiseta. En serio... es tan... doctor XDDD En fin, agua fria y pa lante XD

Ikana dijo...

Que este bueno segun vosotras es una... Caro, es misterioso, viaja entre estrellas, en fin, el doctor

Paty C. Marin dijo...

¿Doctor Who? ¿En serio? xDD

Prefiero imaginarme a otro Doctor, es que no me cae bien este señor... ^^"

Pero eso no quita que haya sido un estupendo y excitante relato! Ah, un consejo, no estructures la narración en párrafos tan cortos, intenta extenderlos un poco más y no abuses del punto y aparte. Y tampoco abuses de las palabras, tienen que ir en su justa medida :3

Un beso ;)

Ikana dijo...

Como que no te cae bien?! D: Pero si es una monada T_T Bueno, gustos colores XDD

Reconozco que me ha salido un poco (bastante) mal XDDD A la proxima me tiro a la piscina de lo salvaje jajjaa Gracias por los consejos ^^