Me gusta el sonido de la lluvia repiqueteando contra la ventana. Adoro leer viejas cartas. Adoro los paseos nocturnos y encontrarme con Marina. La playa, ese lugar tranquilo. De noche y solo con la luz de la casita de T. que sigue levantado a estas horas. De noche y contemplando cómo te quitas el sujetador. De noche y saboreando tus labios. De noche y solo agua, arena y de parásitos en el agua.
1 comentario:
Las estrellas, si pudieran hablar, nos confiarían miles de secretos ajenos.
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