Pausa dramática

En fin, llevo unos días que no me viene la musa a verme, y aprovechando las fiestas navideñas, voy a tomarme un respiro.

A ver si no me ahogo con las uvas...

Celos

Los celos nunca habían sido uno de sus mejores aspectos de su personalidad. Todos decían que los celos se la comían viva. Al final resultó ser verdad. No quedaron ni los dientes.

Otro voyeur

A pesar de que era un matrimonio feliz, visto desde fuera era difícil de entender, dado que a ella le gustaba acostarse con otros hombres. Pero lo que la gente no sabía era que a él le encantaba ver a su mujer acostándose con otras personas dado que él era candaulista.

Vendaje

La momia se llevaba bien con la chica torpe, y la chica torpe amaba estar al lado de la momia porque cuando se hacia un corte debido a su torpeza, él estaba allí para darle un poco de sus vendas. Polvorientas, pero gratuitas.

Maldiciones

Un fantasma le había dicho que iba a ser su maldición el resto de su vida, pero fue más bien al revés, dado que el tipo supo sacarle partido y el fantasma estuvo maldito al ser su sirviente para el resto de su eternidad.

Campana sobre muerto

Las campanas le daban dolor de cabeza. Siempre le decía a la gente del pueblo que esas campanas acabarían con él. No sabía cuanta razón tenía, porque un día que daban las doce, una de ellas se soltó y le cayó encima. Directo a la tumba. No doblaron las campanas por él en su funeral. Se habría revuelto el cadáver solo de oírlas.

Voyerismo animal

Si ya es difícil amarse con un animal doméstico mirando, imagina toda una granja contemplando semejante acto sexual. No había sido tan buena idea después de todo revolcarse en el heno.

Rebelde

Le encantaba saltarse las normas para poder excitarla, pero un día pero ya no pudo hacerlo más porque al saltarse un stop, le arrolló un autobús. En su funeral, ella sonreía a su pesar.

Hambrunas

Le daba vergüenza tener que admitirlo ante sus amigos, pero había pasado tanta hambre en una mala época de su vida, que tuvo que alimentarse de las flores del cementerio que cuidaba.

Sangrado ocular

Estaba casada con un auténtico palurdo y aunque a él le costaba escribirle lo que el consideraba cartas de amor, ella apreciaba más sus faltas ortográficas que su contenido en sí. Hacían la pareja perfecta porque ella era anortografofilica

Tacones de moda

Era altocalcifilica lo cual le iba de perlas, porque era corresponsal en un blog de moda y le encantaba ver desfilar a las modelos con aquellos tacones tan altos. Se corría solo de pensar en ello.

Acrotomofilia

Era acrotomofílico, pero tenía difícil encontrar a gente con miembros amputados. Debía conformarse con fotos de Internet. Harto, se amputó un pie para poder admirarse y excitarse con su misma persona, sin tener que buscar nada nunca más.

Zozobra

Era la enfermera de la muerte. Pero no por matar a personas, sino por hundir barcos.

Con éxito

Vivía entre pájaros. Así que a nadie le pilló por sorpresa que un día echara a volar.

Malos humos

Le encantaba fumar cigarrillos de todos tipos, baratos o caros. Todos decían que el tabaco acabaría con él, pero no os penséis que lo atropelló un camión de tabaco. Más bien los cigarrillos decidieron fumárselo a él.

Librería peligrosa

Era un devorador de libros, pero un día, los libros se lo devoraron a él. Apasionante historia.

Atún con cianuro, por favor

Les gustaba jugar al juego de la ruleta rusa, pero como también amaban la comida, jugaban más bien a la lata de atún rusa. Una de las seis latas estaba envenenada. ¿Quién moriría, de aquellas entrañables señoras gordas, esa semana?

Perros útiles

Para él siempre había sido vocacional sacar a perros grandes. Y no solo se sacaba un dinero extra con esta labor, sino que aprovechaba el plumero que tenían estos animales por cola para limpiar el polvo de su casa. Sorprende, ¿no?

Bombillas gratis

Siempre que tenía una buena idea, se le encendía una bombilla encima de su cabeza. Si bien nunca necesito comprar luces para su hogar, nunca tuvo la ocurrencia de anotar esas geniales ideas.

Calcetín nómada

Los ladrones de calcetines no son una realidad, más bien es que los calcetines se cansan de aguantar los apestosos pies de la gente y se fugan, solos, no solo en busca de nuevos amores, sino también en busca de nuevos amores. Así que no te lamentes, alégrate por ellos.